miércoles, 28 de abril de 2010

Lo que no nos dijimos por pereza y por miedo


"Hace algunos años murió mi padre. No me cogió desprevenido pero quedaron "cosas pendientes". Una terapeuta me propuso una solución basada en la ley del espejo, pero al ser con carácter retroactivo, ¿serviría o era ya tarde?

Tenía que plasmar en unos folios todo aquello que no hablamos en persona por pereza y por miedo. Dio bastante de si, 3 o 4 folios, pero salió todo. No quedó nada a libre interpretación, y al acabar respiré profundamente y mi alma, al fin, quedó tranquila.

Del resto se encargó el fuego, ya que quemé la carta el día de San Juan".

E.M.C. (Barcelona)

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