miércoles, 28 de abril de 2010

La curiosidad es más fuerte que la vergüenza

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"Me leí el libro La ley del espejo en el trayecto Barcelona-Londres y sorprendentemente no lloré, y mira que me cuesta poco. No sería la primera vez que lloro en un avión por un libro.
Me gustó, y además la lectura fue productiva, ya que después de leerlo me propuse perdonar a una persona que me hizo una muy grande hace tiempo. De momento no me he atrevido, ya que no es nada fácil dar el primer paso cuando ha pasado tanto tiempo, pero la curiosidad es más fuerte que la vergüenza y sé que lo haré. Volveré a escribiros para explicaros lo que pase. Saludos."
Lidia A.

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